lunes, 21 de mayo de 2007

Einstein, el fabricante de bombillas

Bueno, no me refiero a Albert, claro, sino a sus tios. Me encontré de bruces con esta anécdota al día siguiente de llegar a Munich cuando, dando una vuelta con el casero para ver el barrio, me percaté de la placa que adorna la fachada de mi casa (y que podéis ver en la foto de arriba).

Esta placa reza: "Albert Einstein pasó su infancia y primera juventud en esta casa desde 1885 hasta 1894". Esto no es estrictamente cierto; la casa es antigua pero no tanto como para tener más de 120 años.

Resulta que en lugar donde se levanta ahora el edificio (Adlzreiterstrasse 12) los tíos de Einstein tenían su casa y un taller en donde fabricaban bombillas. Parece ser que era un negocio que prometía: las bombillas eléctricas iban en camino de sustituir definitivamente a las lámparas de gas y aceite tanto en la iluminación de las casas como en la pública en las calles. Albert y su familia se desplazaron a Munich desde Augsburgo, que está a unos 50 km y donde vivían por esa época, en 1885, para unirse al negocio familiar de las bombillas y que, si salía bien, prácticamente les arreglaba el futuro.

Les faltó poco para dar el pelotazo. A finales del siglo XIX el ayuntamiento de Munich decidió sacar a concurso una contrata para suministrar las bombillas del alumbrado eléctrico de la ciudad (dicho sea empleando terminología actual). En principio, Einstein & Co. tenían ventaja. Al final, después de invertir mucho (prácticamente todo lo que tenían) en el negocio, en un órdago que si les salía bien les iba a solucionar la vida, se quedaron prácticamente sin nada. El ayuntamiento no les cogió para suministrar las bombillas, casi con toda seguridad por que eran judíos. De golpe y porrazo se encontraron con un montón de bombillas a las que apenas podían dar salida y cubrir los costes. Medio arruinados, se marcharon de la ciudad en 1894.

Posteriormente, cuando se levantó el edificio actual, el abuelo de la mujer de mi casero, conocedor de esta historia, decidió poner esa placa para darlé más caché a la casa y a la zona. Le dá a uno que pensar. Si les llega a salir bien y Albert hubiera acabado de como consejero delegado de una próspera empresa de bombillas dudo mucho que se hubiera dedicado por entero a la ciencia, aunque nunca se sabe...

Lo mismo ahora no hablaríamos de la teoría de la relatividad de Einstein (y de muchas otras cosas) sino de la de Poincarè o algún otro genio que la tuvieron al alcance de los dedos (la base teórica estaba allí a fin de cuentas, desde que Lorentz publicó las fórmulas de las transformaciones del espacio-tiempo) pero que no alcanzaron a verla de manera global y de integrarlo en un conjunto consistente.

Qué cosas tiene la vida...

4 comentarios:

Hipatia dijo...

Hola Jacobo:
Interesantísimo post. Además, qué emocionante ¿no? Me encantaría ver la casa de Borh, por ejemplo. Vaya suerte has tenido. Muchas gracias.
Un beso desde la Enterprise.

Galatea dijo...

Holaaa!
Qué interesante!! Tienes que darte más vueltecitas buscando placaspara contarnos la historia después.
Me encanta tu forma de contar las cosas (casi como te tuviera aquí al lado jeje)
Un abrazo infinito

Khayyam dijo...

Bueno, si alguna vez vais a Salzburgo, en la misma plaza donde está la casa donde vivió Mozart (que se puede visitar, aunque por lo que me han contado es un pequeño timo) está también la casa donde nació Doppler. Ésta, sin embargo, no es visitable, tiene pinta de ser una casa particular pero aún así tengo la foto de rigor posando junto a la placa :)

Hipatia dijo...

Queeremos máás; queeeremos maaas...
Besos desde la Enterprise.